Mirando por el ojo de buey

Un vistazo a todo lo demás, desde mi interior

Tuesday, November 21, 2006

Cosas que pienso cuando estoy resfriada

Hace días tengo ganas de actualizar el blog, de sentarme frente a la pantalla y escribir. Pero no resulta. Es como si no tuviera nada que decir...

FALSO!!!!

Siempre hay algo que decir, siempre está pasando algo en mi interior: cuestionamientos, sentimientos, ideas, proyectos, conexiones, etc. ¿Por qué a veces se mete este bicho en mi cabeza que me hace creer que no tengo nada que expresar? Debo hacer una revisión urgente para diferenciar lo que es, de lo que creo que es: need to look myself at the mirror y ver lo que realmente hay ahí en el cuore mismo, en la esencia de mi esencia.

Pasan cosas. Ayer por ejemplo, me cuestioné el manejo de mi tiempo, el postergar a mis amistades y seres queridos, el no darme espacios para hacer (acción) las cosas que me gustaría hacer, aquéllas que chuteo para un periodo posterior de mi vida, cuando "tenga tiempo". Como si el tiempo fuera un bien que se puede adquirir... "Me da un kilo de tiempo, por favor. Para regalo".

Pf! Así la cosa no va a funcionar nunca. El tiempo es, pasa a su propio ritmo, constante e infinito. De mí depende cómo lo distribuyo. Y si no he sido capaz de manejarlo de mejor manera hasta ahora, ¿qué me hace creer que lo haré después?.

He pensado un poco en todo esto y llegué a la conclusión que uno está donde le queda cómodo estar, lo que no va mucho de la mano con estar donde a uno le hace bien estar. Está relacionado con lo que escribí de los hábitos en un post anterior (one click away). Hay pequeños hábitos que se traducen en ciertas acciones (o falta de acciones, dependiendo del caso) y ellas abren cierto espectro de alternativas. Estas acciones que llevo a cabo no las he elegido libremente como he creído. Es el hábito el que me lleva a ellas. Este es un claro ejemplo del asesinato al libre albedrío del que hablaba antes (read all about it).

No es para nada fácil deshacerse de estas costumbres que tan confortablemente llevan a un punto ciego. Cuántas veces uno se engaña a sí mismo creyendo que está todo bien, o que está todo tan mal, que la felicidad es algo que llegará de pronto, caída de la chimenea en diciembre, qué sé yo...

Mi conclusión hoy es que hay que pensar un poco menos en mañana, ese mañana que no llega nunca, como nunca se va el hoy del que me quiero deshacer. Pensemos en el hoy, pensemos en el ahora, en lo que SOY, en lo que DOY, en lo que RECIBO.

Me invito, y los invito a jugar a que hoy es el día.